Cada año te inventaré mil poemas, tomaré
yo las letras de algún abecedario y en versos
o alguna narrativa, la historia escribiré,
como fue que al mirarnos, nos quedamos inmersos.
Y después caminamos entre charlas y risas,
nos fuimos conociendo por la calle del puerto,
cómplice de esta historia, dimos pasos sin prisas
tocando nuestras almas disfrutando el acierto
que ha tenido el destino de unir nuestros sendero
cuando el aroma a mango impregnaba las calles
aquel verano intenso mezclándose ligero,
y entonces descubrimos el gusto y los detalles
que nos convirtió en sombra justo el molde perfecto,
tu sombra con la mía el olor, tu piel y esencia
de mi cuerpo, nos cubrió como mapa el trayecto
sensual de cada hueco, con huellas a conciencia.
J.Eugenia Diaz