Tengo necesidad y mucha hambruna
y solo pasa frente a mí el menú,
con ese aroma dulce de bebé
sin poder retenerlo entre mis brazos.
Con ojos de indigente le suplico
a la vida que ya llene este hueco
que existe en mi regazo, a la espera
de calmar la ansiedad con un arrullo.
En este loco anhelo me imagino
que viaja muy despacio en una nube
hacia mi casa, el nene tan ansiado.
Pedacito de carne, sé que existes;
una colcha amarilla está vacía
y con ternura espera acurrucarte.