Recobrando de ayer la
fantasía,
baje los papalotes que
en el cielo
flotaban esperando
tocar suelo,
fue un momento fugaz
el que vivía.
Tus manos en mi talle yo sentía
con cinturón de
fuego y con anhelo,
y una caricia como de ave
en vuelo
palpitando en mis
labios ya fluía.
Yo te arropé un
instante en la mirada
callando mi conciencia
infatigable
y lloré tu silencio lastimada.
Otra vez te alejabas
implacable
dejando otra pregunta
silenciada
volviéndome a sentir tan miserable.
J.Eugenia Diaz M.