Huellas gastadas

Me tuve que colgar de los recuerdos
al caminar las huellas tan gastadas
que dejaron mis pasos sin memoria
y ausentes de colores los paisajes.

lunes, 15 de julio de 2019

Lecciones de aprendizaje


Me gustaría decirte que ya paso, que no dolerá mas, pero no puedo, solo puedo decirte que sigas confiando en ti, aunque llueva por dentro, porque es parte del proceso para curar heridas.
Lecciones:
Es una tarde tranquila los sonidos que vienen de las jaulas y del gallinero invaden el patio y el jardín, donde se encuentra Eugenia recostada en el césped buscando imágenes en las nubes, a ella le encanta hacer esto cuando tiene oportunidad, porque la hace sentir bien imaginar que una nube baja y se la lleva a un lugar lejano.

Esa noche su tía Maura le ha dicho que mañana, por primera vez le tocara lavar las vasijas y los platos que se usen en el día, la llena de temor tan solo  pensar en ello porque ya conoce el castigo cuando rompen o despostillan algo. El fregadero se encuentra afuera de la cocina y se tienen que llenar dos cubetas de agua y ponerlas sobre unos blocks a su altura para poder lavar las vasijas. Nuevamente se estremece con temor deseando que no amanezca.

Amanece, y el aroma a petróleo que viene del piso de madera le invade el olfato, Tina se ha levantado muy temprano y a empezado a fregar los pisos; se dirige al patio donde esta el baño para asearse y comenzar las labores que le han encomendado, como este día estará en el área de la cocina tiene que aprender a preparar el nixtamal.

En el patio que esta frente a la cocina se prende fuego con leños para poner a cocer el maíz con cal y preparar el nixtamal, que después se llevara al molino para hacer la masa. Eugenia atenta observa y escucha lo que le va diciendo su tía al mismo tiempo que ayuda a meter ramas secas a la lumbre que ella ya encendió, habiendo preparado esto, le indica tome la cubeta del nixtamal que se coció el día anterior y lo lleve al molino para que traiga la masa con la que harán las tortillas para los alimentos de ese día.

Como es sábado y no hay clases, pueden hacer las cosas con calma, cuando regresa del molino, Maura le dice que acerque la bandeja donde preparara la masa, le va indicando como hacerlo con impaciencia por la torpeza y lentitud de Eugenia, que debido a que sus manos son pequeñas no pueden abarcar mucho. Esa mañana el desayuno de huevo con chorizo y frijoles fue acompañado por las tortillas preparadas por la niña que termino con las yemas de los dedos enrojecidas por voltear las tortillas en el comal
Los sábados y domingos no se desayunaba avena.

Hasta ahí todo iba bien, solo faltaba limpiar la cocina y lavar las vasijas todos se fueron retirando de la mesa para continuar con sus labores, Eugenia acerco las cubetas al fregadero y poniendo una caja de rejas de madera se sube en ella para poder alcanzar a lavar los platos. Se dispuso a hacer la labor de lavar, enjuagar y bajarse del cajón para llevar las vasijas a un lavamanos para que se escurrieran, hasta que  de sus manos enjabonadas  resbalo un plato haciéndose pedazos, ella sintió que el ruido  que hizo el plato al romperse se escuchó maximizado, las piernas se le aflojaron, sus manos le temblaban y se soltó llorando en silencio con temor.
Enseguida llegaron Agustín y Tina, que preocupados la miraban pues sabían bien lo que iba a pasar, cuando se acercó Maura, ellos rápidamente se hicieron a un lado, mientras Eugenia seguía parada sobre el cajón de rejas, con las manos temblando entre el jabón. Su tía no dijo nada, sólo le saco las manos del jabón y tomando unos trozos del plato roto le raspo las manos con ellos haciéndoselas sangrar, al mismo tiempo que le decía que le hacia esto para que aprendiera a cuidar las cosas y a hacerse mujercita.
Eugenia aún se sobresalta con temor cuando se le rompen un plato o un vaso.

Cuando se es niño, no se guarda rencor, solo se quedan grabados para siempre los momentos que impactan con dolor.