Huellas gastadas

Me tuve que colgar de los recuerdos
al caminar las huellas tan gastadas
que dejaron mis pasos sin memoria
y ausentes de colores los paisajes.

sábado, 27 de junio de 2020

Soy tu simiente padre.

Ese inquietante guiño de conocer tu aroma,
la huella de ese beso añorado en mi rostro
y esas enormes manos sosteniendo las mías
al caminar por siempre los senderos del mundo.

Recuerdo tus zapatos oscuros y brillantes,
unas piernas muy largas y ese cuerpo delgado
sin rostro, sin sonrisa solo un hueco invisible
me invadía de angustia por ser desconocido.

Soy tu simiente padre y en mì llevo tus genes,
no pude conocerte, pero te reconozco
en algo de mis gustos como el de las esencias,
colgantes y pulseras y el amor por el mar.

En mi queda el anhelo colgando en mis retinas
de conocer tu cara y así mi descendencia.
En donde tú te encuentres intenta dibujarme,
que mi boceto como hija quede en tu corazón

J.Eugenia Diaz M.

miércoles, 3 de junio de 2020

El cubreboca del silencio


Llego la mañana en la que despertamos en medio de un gran silencio y soledad en todas las ciudades, pueblos y puertos hasta podíamos imaginar el sonido de los rayos de sol que lentamente iluminaban el día, como si quisiera alejar la oscuridad que estaba posesionándose del mundo.
El virus, la muerte y los trabajadores de la salud son los que ahora tienen la principal movilidad en el mundo, la mayor parte de la humanidad esta resguardada por temor a contagiarse, la soledad en las familias se va acrecentando y no sabemos si volveremos a estar reunidos compartiendo los alimentos, las charlas de sobremesa y ese cálido abrazo que nos llegaba hasta el alma.
No sabemos si seremos uno mas en la lista de contagiados y fallecidos o si sobreviviremos a este mortal virus que según dicen llego para quedarse, y si es así ¿cuánto tiempo tendremos la fuerza para no caer contagiados? ¿podremos estar otra ves con nuestros hijos cerca?
Comenzaron los días de aprender a vivir dentro de casa descubriendo lo que ya estaba y no le poníamos atención, como la sonrisa nostálgica del esposo y el cansancio reflejado en su mirada, degustar con asombro un platillo preparado por la esposa y recordar que hacia tiempo no lo disfrutaba de esta manera.
Algunas personas Tenían que tocar fondo y estar confinados para valorar lo que estaba al alcance de su mano que en lugar de agradecerlo renegaba haciendo notar que nada era suficiente para ellos.
Y ahora serian felices tan solo con caminar media hora en un parque para mover sus piernas y su cuerpo bajo los rayos de un sol que tiempo atrás no deseaban sentir protegiéndose en su coche con clima sin atreverse a caminar unas cuantas calles.
Duele mucho la obligada ausencia de nuestros seres queridos que por precaución guardan su distancia hacia nosotros, duele no convivir con las amistades y el resto de la familia, pero duele mucho mas saber que alguien de ellos a fallecido por este virus.
Algo a sucedido con esto de la sana distancia porque yo en lo personal he experimentado un marcado alejamiento hasta en las llamadas telefónicas, no se si deba a que están deprimidos u ocupados en actividades que han provocado esta nueva manera de vivir resguardados, o se deba a que el uso del cubreboca les ha afectado silenciando sus palabras.

SHALOM.


J. Eugenia Dìaz M.