Y adentro, refugiada en mi mutismo,
trato de sacudir el fatalismo
que golpea con fuerza y me revienta.
La vida sigue afuera fraudulenta
y me llegan sonidos con cinismo,
mientras solo percibo un espejismo
que me ahoga en el mar de forma lenta.
Nadie ve que me alejo y me abandono
viendo morir las horas devoradas
por esta soledad que colecciono.
Son tantas ilusiones destrozadas
que al mirar hacia atrás me desmorono
como un erial exento de miradas.
J. Eugenia Díaz M.
08/2022