Yo te tejí un camino
con la luz encendida,
te borde unos
castillos con preciosas ventanas,
luciérnagas danzando
la noche adormecida,
con montes y unos
bosques en tierras soberanas.
Yo te tejía en las
noches mis anhelos de vida,
eran tan solo cuentos y tú por las mañanas
me los contabas todos
sonriendo presumida,
mientras te ibas
comiendo tu almuerzo con manzanas.
El tiempo es un
ladrón, nos dejo sin historias
que arrullaran tu
sueño y te fue endureciendo
tus pestañas inquietas
alejadas de euforias.
Haciendo despertar
bruscamente las memorias
en un presente helado
que nos va consumiendo
con oscuro silencio de
voces migratorias.
J.Eugenia Diaz M.