Una extraña.

Con tu gesto tan lleno de impaciencia

el cristal de los ojos se me rompe,

agregándole arruga, sobre arruga

a este corazón  que late ya forzado.

Tú le gritas al viento que me quieres

pero tu indiferencia me lastima.

Sintiéndome un estorbo y enfadosa

decido irme alejando de tu vida.

Te dejo en libre vuelo y me pregunto

porqué me he convertido en una extraña;

en  qué me he equivocado, en qué fallé

ya no soy prioridad en tu camino.

Soñé llegar a vieja entre tus brazos

sintiendo la ternura que te di,

sin mendigar el fruto que he sembrado

desde que he concebido tu latido. 

J. Eugenia Díaz M.

Una luz en tu ventana.

 

Perdóname este momento

de oscuridad sin color,

hay gris en mi alrededor

y me ahoga el sentimiento.

Hay miedo en mi pensamiento,

te prometo que mañana

habrá canto en tu ventana,

de un ave muy colorida

con una luz encendida,

que envió de tierra lejana.

J. Eugenia Díaz M.

Paso a pasito me alejo.

 

Poco a poquito me alejo

de esta vida sin sonrisa,

quisiera hacerlo de prisa

de este mundo tan complejo.

Donde no existe festejo

ni cambiándome de piel

conmigo ha sido muy cruel,

iré con los pies atados

por los caminos largados,

malogrados a granel.

J. Eugenia Díaz M.

Mi cielo llora.

 

Hoy mi cielo está llorando

unamos nuestras tormentas,

para que no lo resientas

las vamos apaciguando.

Tonatiuh se está tardando,

en darnos sol a la vida

de manera establecida,

tenemos alas mojadas

e ilusiones apagadas,

con la alegría perseguida.

J. Eugenia Díaz M.

Deja salir las aves.

 Conserva en tus pupilas la belleza,

del tiempo y del amor que has compartido,

las voces que agradecen lo ofrecido,

tu sonrisa de rosa y tu nobleza.

Sacude de tus huellas la tristeza,

tienes miles de estrellas en tus manos

por la ayuda que has dado a tus hermanos,

deja salir las aves de tus ojos,

vuela junto con ellas sin cerrojos

y disponte a alcanzar sitios lejanos.

J.Eugenia Dìaz M.

Sacaré el sol del poniente

 

Escampare el aguacero

que está anegando el presente,

sacando el sol del poniente

lo llevaré a tu sendero.

Que sea ese compañero,

reviviendo tus cimientos

solo con buenos momentos,

pinte de azul tu camino

quitando el gris mortecino,

que dejan los desalientos.

J. Eugenia Díaz M.

Cerrojos sin combinaciòn.

Se me perdió el amor, y solo me ha quedado

el remanso de haberlo conocido.

Se me quedó impregnado ese aroma a maderas,

sabor a menta fresca que probé en su sonrisa,

la sensación del mundo entre mis manos

y su  mirada fija agitando mis entrañas.

Con mi cuerpo de agua he mojado las calles

siguiéndole las huellas.

Él no me quiso gris, me quería fresca y verde,

me dejó con mis sombras en la oscura parada

del tranvía que partió.

¿Qué voy a hacer conmigo?

sí ha dejado cerrojos sin la combinación,

 a mi piel con escarcha, mis voces silenciadas

con labios moribundos cómo las golondrinas

perdidas que no migran.

J.Eugenia Dìaz M.