Huellas gastadas

Me tuve que colgar de los recuerdos
al caminar las huellas tan gastadas
que dejaron mis pasos sin memoria
y ausentes de colores los paisajes.

lunes, 28 de diciembre de 2020

Peregrinos de sueños.


 

Conjuraba mis sueños hablándoles quedito en mis manos vacías cada noche, algunas veces las mostraba a la luna solía pensar que ella les daría mucha luz en el camino hasta llegar a mí.

Al ir a dormir cerraba bien mis manos y dándoles un beso las dejaba bajo la almohada para que no se escapara ni uno de los sueños, las noches se hacían cortas cuando el sol asomaba su fulgurante rostro sonriente, que con mirada aviesa esfumaba onirismos haciéndome tener un brusco despertar.

Porque así pasa es bonito soñar, pero cuando despiertas te duelen las piernas de tanto peregrinar las horas, él camino y los sueños sin alcanzar que son como luciérnagas en el tiempo para los soñadores.

Podría enumerar algunos de mis utópicos sueños de niña como aquellos zapatos de charol o la muñeca grande con pelo rizado y rubio, me gustaría contarles cómo se han esfumado de mis manos proyectos bordados con amor dejando desoladas mis manos y mi alma.

Pero mejor les digo a ustedes los que deseen leer este texto, que persigan y vivan los sueños que logren atrapar no los dejen marchar por ayudar a sostener los de otras personas, trabajen e inviertan en los suyos porque el tiempo se agota, él camino se acaba y tu terminarás desgastado y decepcionado viendo cómo ayudaste a sujetar y hacer crecer lo que no era para ti.

J.Eugenia Diaz M.

miércoles, 16 de diciembre de 2020

Despiértame mañana


 

 

 

Abrázame tan fuerte para soldar las grietas

que habitan en mi cuerpo, ayuda a retener

las buenas emociones y alguno de mis sueños

si es que ha sobrevivido.

 

Acércate a mi cuello escucha como suena

tu nombre ahí en mi pulso revive en tus entrañas

la humedad de mis labios, el punto y continua

escribiendo con besos y con frases,

sobre esta piel en blanco.

 

Martiriza mi cuerpo con tu ardiente deseo,

que broten luciérnagas dentro de mis pupilas

y germine el amor como una hierba fresca,

abrázame, sácame de este laberinto

devuelve a mí la risa, has que duerma extenuada.

 

Despiértame mañana apretada a tus muslos,

toda desordenada por los nuevos lunares,

con labios entumidos y un temblor en mi vientre

que está hambriento de ti.


J. Eugenia Díaz M.