Huellas gastadas

Me tuve que colgar de los recuerdos
al caminar las huellas tan gastadas
que dejaron mis pasos sin memoria
y ausentes de colores los paisajes.

jueves, 19 de febrero de 2015

¿Qué hiciste?

Qué pena
haber vivido el duelo y sepultar
las promesas
al percibir aroma de otro aliento
justo en la comisura de tu boca
-aljibe en donde laten moribundos
unos besos de antes-.

Y tener que
sobrevivir desnuda de tus manos
esquivando las balas amargas y morbosas
de gente acomedida,
enraizada tejiendo horas al viento.

¿Qué hiciste
de los amaneceres que pasé
bebiendo de tu nombre y su sabor a sal
al buscar tu silueta en nuestro lecho?

Ahora
que estas tan vulnerable, golpeado
por la vida me dices que me amas,
ahora
que no existen amigos de juerga
ni amigas de bolsillo.

Sigo aquí
tan presente en el cuerpo,
y el alma sepultada
congelada la piel.

J.Eugenia Diaz M.

viernes, 13 de febrero de 2015

Escenarios

Despidiendo los insomnios
y la carga de las sombras
evoco yo un escenario
con un vuelo de gaviotas.

Una silenciosa barca
que traslade vidas rotas
borrando sus afecciones
con marejada piadosa.

Algún cambio en el libreto
para festejar con copas.

Visualizo un equilibrio
al dejar pasar las hojas
y el peso del calendario
de manera rigurosa.

Retirar de las pestañas
el peso en el que se ahogan
y aligeren como seda
en descanso silenciosas.

J.Eugenia Diaz M

A mi hermana del alma *Lorena*

Tus risas vuelan como pajaritos,
con sus dulces mensajes y migajas
coquetas en el pico, llevan pajas
del nido con besitos pequeñitos.

Yo las veo,  las siento como gritos
de ayuda en sobrevuelos, cuando viajas
con sombras y con frío  te desencajas
y emigras con los labios ya marchitos.

Regresas a tu mundo y te reciben
los cantos de cenzontles y gorriones,
avecillas cantoras sobreviven

tienen como consigna que  cautiven
los días  de tu presente, y con canciones

arrullen tu dolor o lo derriben.

J.Eugenia Diaz M

domingo, 1 de febrero de 2015

Esperanza encendida

No perdamos la luz de la esperanza,
 "alimento del alma" la muleta
para la decepción,  que esté sujeta, 
y que destruya así la desconfianza.

Hagamos en el mundo nueva alianza,
que escuchen nuestra voz y nuestra metas:
sin armas, sin hambruna sin careta;
con otro resplandor, punta de lanza.

Un planeta mejor a los pequeños
que sin saber andar ya están luchando
porque un mundo de paz no tenga dueños.

Sin nadie que les prive de comida.
Gritemos a la ves siempre velando
 por mantener su fe siempre encendida.

J.Eugenia Diaz M