Amanece, dios me regala un día mas de vida abro los ojos
decidida a mimarme y a disfrutarlo con gratitud, me levanto y mi inclino
tocando las puntas de los dedos de mis pies.
¡Todavía puedo hacerlo!
Ya que tengo elasticidad en mi cuerpo por el yoga que regularmente practico y sin
poner atención a las dolencias físicas que pueda tener esta mañana de agosto, después
de hacer estiramientos pongo la cafetera y me dirijo a darme una refrescante
ducha. Hace calor debido a que estamos en pleno verano, pero como amo el café y no
puedo prescindir de él, aunque me acalore un poco porque me da la energía que necesito
para echar a andar el motor de mi cuerpo.
Decidí ponerme un fresco vestido de algodón y sandalias de
playa, un poco de rímel en las pestañas y gloss en los labios, dejándome el
pelo suelto fui hacia a la cocina por esa deliciosa taza de café que me estaba
esperando.
Me dirigí a la sala bien relajada y fresca, cerrando los
ojos me dispuse a esperar.
Y por fin allí estaba, caminando en la playa descalza con
sandalias en mano, el viento jugaba con mi vestido, alborotando mi pelo como
queriendo despejar de mi cabeza pensamientos negativos, me quede inmóvil hipnotizada,
por el inmenso azul del mar que me hacía imaginar que sus olas eran brazos invitándome
a entrar y a sentirme mecida y estrechada en ese fascinante vaivén inacabable.
Aceptando su invitación camine mar adentro dejándome llenar la
piel con esos besos frescos que nos deja el oleaje a su paso, me deje llevar en
ese viaje donde el cuerpo flota acariciado por el mar, donde apenas eres un
pequeño punto en la inmensidad del océano y nada es más grande que él, no hay
lugar para problemas, angustias o tristezas si permites ser parte de ese piélago
por momentos o para siempre.
El mar me espera, algún día mis cenizas estarán para siempre
navegando entre sus olas.
El trino de las aves y el ladrido de mis chihuahueños me
hacen abrir los ojos y regresar del viaje en donde pude consentir mi mente,
vuelvo a la realidad con la energía nos da el mar dispuesta a vivir plenamente este
día, brindando mi ayuda y compañía con amor a los que me rodean.
J. Eugenia Diaz M.
agosto 2021