Ya no voy a angustiarte mostrando mis quimeras,
si estando tú conmigo tengo el azul del cielo,
si dentro de tus ojos carentes de vidrieras,
hay bosques tan frondosos como de terciopelo
llevándome a tu mundo en donde hay escaleras
que van al infinito de tu alma sin recelo,
me muestran tu reflejo con luces verdaderas
de tus sueños que ascienden llevando un alto vuelo.
Es que me he dado cuenta que sentirme contenta
es verte realizada disfrutando momentos,
con los que vas creciendo de una manera lenta.
Viéndote en el jardín bregando sudorienta,
perderte en algún libro con ojos soñolientos,
o entre las cacerolas hurgándolas hambrienta.
J.Eugenia Diaz M.
Excelente...te manejas con dulce frescura...me encanta
ResponderEliminarHolaa monica me encanta tener tu compañia.
EliminarGracias, besos y abrazos.
Muy bello, Euge, apelando poéticamente a cosas del hacer cotidiano.
ResponderEliminarAbrazo, linda.
Holaa Mirella, estoy feliz con tu regreso pues me indica que te sientes mas animada y fuerte.
EliminarGracias por tu paso, hermosa.
Besos.
Precioso poema...En unos ojos se puede ver el alma!
ResponderEliminarUn beso grande, bonita.
¡Hola mi querida M. Roser! gracias por pasar y dejar tu calida huella.
EliminarBesos.
Todo un homenaje a ese amor de madre e hija, que se siente, se comparte y se disfruta...Tus versos, generosos, nos muestran el amor incondicional y eterno, amiga.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo por tu superación constante, Eugenia.