Huellas gastadas

Me tuve que colgar de los recuerdos
al caminar las huellas tan gastadas
que dejaron mis pasos sin memoria
y ausentes de colores los paisajes.

jueves, 25 de abril de 2019

El vecino



Marina, su esposo Manuel y su hija Liliana tuvieron que cambiar su lugar de residencia de un hermoso puerto a una gran ciudad para ellas el cambio fue difícil pues estaban acostumbradas a la tranquilidad del lugar donde habían nacido y crecido para de pronto encontrarse envueltas en el bullicio y rapidez de una gran metrópoli.
Rentaron una casa de dos plantas que se encontraba mal elaborada ya que tenían que salir de la cocina a un patio central y de ahí subir las escaleras que los llevaban a las dos recamaras, por la rapidez de la mudanza fue lo que pudieron encontrar y ahí se quedaron.
Manuel trabajaba turno de noche se iba de la casa a las seis de la tarde y regresaba entre siete u ocho de la mañana, Marina y su hija tuvieron que aprender a manejarse solas y a conocer los alrededores lo mas pronto posible, debido a que Liliana tendría que ir al jardín de niños ellas se perdieron dentro de la colonia dos veces todo eso tenia a Marina muy nerviosa.
Pasaron los días ellas se sentían muy solas ya que sus vecinos casi no estaban en casa los del lado derecho eran un matrimonio con dos hijos adolescentes una jovencita y un joven, a lado izquierdo se alojaban unos jugadores del club de béisbol de la ciudad, así es que prácticamente se encontraban solas y temerosas.
Una noche como a la una de mañana a Marina la despertaron unos fuertes golpes en la puerta principal que daba a la directo a la calle no tenía barandal  estaba a bordo de la banqueta se asomo por la ventana desde arriba y vio a un hombre en bóxer con una piñata grande con forma de mujer, el insistía a gritos le abriera la puerta diciendo que la piñata era su nueva mujer y que no la molestaría más, le decía esto a la persona que él creía seguía viviendo en la casa que ahora habitaba Marina y su familia.
Pasaron las horas el seguía gritando y golpeando la puerta tratando de abrirla Marina ya histérica observaba desde la ventana, en eso vio llegar una patrulla con policías intento gritar para decirles lo que estaba pasando sin lograr emitir sonido alguno, el hombre ya se había ido seguramente al ver las farolas de la patrulla opto por retirarse.
 La policía estuvo un rato afuera al ver que ya no había problema se retiraron.
Casi al amanecer en la casa del lado derecho se empezaron a escuchar muchos ruidos, pasos y cosas que se caían, las dos casas compartían la misma pared todos los ruidos se escuchaban y estos eran provocados por unos ladrones que al ver la casa sola y abierta se habían metido a robar aprovechando que el vecino se andaba escondiendo de los policías.
Marina y Manuel no conocían al vecino debido a que él viajaba, nunca habían coincidido ni cruzado saludo cuando ella se levantó y bajo a la cocina se quedó impactada al ver en las escaleras varios libros que habían lanzado de la casa de a lado recogió los libros para poder bajar llevándolos a la sala se encontraba muy alterada por todo lo sucedido al llegar Manuel Marina entre sollozos le comento todo  Manuel molesto tomo los libros  para llevarlos al bote de basura en la calle y tratando de tranquilizarla se dispuso a almorzar  para después tratar de dormir un poco Marina y Liliana se durmieron junto con Manuel pues también estaban desveladas.
A las cinco de la tarde de ese mismo día Marina se encontraba abajo en la cocina preparando los alimentos que se llevaría Manuel al trabajo, cuando de pronto las luces de una ambulancia iluminaron la casa Manuel sobresaltado vio la ambulancia enfrente de la casa bajando con rapidez asustado pensando que les había sucedido algo a Marina o a Liliana respirando aliviado al verlas bien.
 Abrió la puerta para ver que es lo que pasaba le informaron que el vecino de la casa de al lado se había suicidado, había estado tomando cerveza con veneno para ratas al no lograr morir subió al baño ahorcándose con el cinturón.
Al llegar a su casa la familia como no les habría su hijo trepo por un árbol para hablarle por la ventana y fue como lo vio colgando de la ventana del baño.
El vecino que se suicido era el que había estado tratando de entrar a la casa en los libros que aventó hacia la casa nos comentó su esposa que había una fuerte cantidad de dinero que pensaba que había hecho eso de aventarlos a la casa porque ahí había estado viviendo una mujer con la que había tenido una relación y seguramente él quería darle ese dinero.
Marina y Manuel sorprendidos comentaron que los empleados que recogen la basura se habían sacado la lotería si es que encontraron el dinero dentro de los libros.
Después de una semana la señora y sus hijos desocuparon la casa ya que también la rentaban, al pasar los días se empezaron a escuchar pasos, puertas que se abrían y cerraban con fuerza en las madrugadas también se escuchaba que se abrían las llaves de la regadera y del lavabo, como la casa estaba sola se escuchaban más claros los ruidos y de vez en cuando el vecino por las noches volvía a golpear la puerta de la casa de Marina y Manuel.
Asustada Marina ya no quería seguir viviendo allí, pero no podían cambiarse de casa por la escuela de Liliana y por el contrato que habían hecho al rentarla, sintió un poco de tranquilidad cuando volvieron a ocupar la casa, un matrimonio joven con un niño y el papá del muchacho.
Marina y Manuel acordaron no comentarles que ahí se había suicidado un señor para que no se asustaran y  quisieran dejar la casa pero no fue necesario decirles, porque desde la primera noche empezaron a asustarse  con las puertas que se abrían y cerraban y las llaves que dejaban correr el agua sin haberlas abierto, además les quitaban las cobijas cuando estaban dormidos, ellos también llegaron a escuchar los golpes que el vecino seguía dando a la puerta de la casa de Marina y su voz pidiendo que le abrieran.
 Los nuevos inquilinos solo duraron un mes Manuel y Marina quince días después se fueron.
La casa sigue sola, nadie la puede habitar porque ya esta ocupada por el vecino.
 Este relato demuestra que es verdad que se quedan vagando las almas de las personas que se quitan la vida.
Esta es una historia verídica.


J.Eugenia Dìaz M.

4 comentarios:

  1. Tremenda historia, Eugenia...Realmente impresionante, qué miedo oír de noche tantas puertas y ruídos.
    Gracias por compartir esta historia, amiga.
    Mi abrazo y mi cariño.

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    1. Si en verdad es algo impactante y fue verídico.

      Gracias por tu cálida compañía.

      Besos.

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  2. Carmba Eugenia, menos mal ue yo no tengo vecinos de esta calaña, porquè me daria un infarto...
    Es muy complicada saber si los spíritus siguen por ahí dando la lata, yo no lo creo, porquè todos estos fenómenos suelen tener alguna explicación razonable, però por si acaso, mejor no ponerme en la situación de comprovarlo, je, je...
    Un beso grande, amiga.

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  3. Es algo muy complicado de entender, pero esto fuer veridico.

    Gracias por tu valida compañía.

    Besitos.

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