Marina, su esposo Manuel y su hija Liliana tuvieron que
cambiar su lugar de residencia de un hermoso puerto a una gran ciudad para
ellas el cambio fue difícil pues estaban acostumbradas a la tranquilidad del lugar
donde habían nacido y crecido para de pronto encontrarse envueltas en el
bullicio y rapidez de una gran metrópoli.
Rentaron una casa de dos plantas que se encontraba mal
elaborada ya que tenían que salir de la cocina a un patio central y de ahí
subir las escaleras que los llevaban a las dos recamaras, por la rapidez de la
mudanza fue lo que pudieron encontrar y ahí se quedaron.
Manuel trabajaba turno de noche se iba de la casa a las seis
de la tarde y regresaba entre siete u ocho de la mañana, Marina y su hija
tuvieron que aprender a manejarse solas y a conocer los alrededores lo mas
pronto posible, debido a que Liliana tendría que ir al jardín de niños ellas se
perdieron dentro de la colonia dos veces todo eso tenia a Marina muy nerviosa.
Pasaron los días ellas se sentían muy solas ya que sus
vecinos casi no estaban en casa los del lado derecho eran un matrimonio con dos
hijos adolescentes una jovencita y un joven, a lado izquierdo se alojaban unos
jugadores del club de béisbol de la ciudad, así es que prácticamente se
encontraban solas y temerosas.
Una noche como a la una de mañana a Marina la despertaron
unos fuertes golpes en la puerta principal que daba a la directo a la calle no
tenía barandal estaba a bordo de la
banqueta se asomo por la ventana desde arriba y vio a un hombre en bóxer con
una piñata grande con forma de mujer, el insistía a gritos le abriera la puerta
diciendo que la piñata era su nueva mujer y que no la molestaría más, le decía esto
a la persona que él creía seguía viviendo en la casa que ahora habitaba Marina y
su familia.
Pasaron las horas el seguía gritando y golpeando la puerta
tratando de abrirla Marina ya histérica observaba desde la ventana, en eso vio
llegar una patrulla con policías intento gritar para decirles lo que estaba pasando
sin lograr emitir sonido alguno, el hombre ya se había ido seguramente al ver
las farolas de la patrulla opto por retirarse.
La policía estuvo un
rato afuera al ver que ya no había problema se retiraron.
Casi al amanecer en la casa del lado derecho se empezaron a
escuchar muchos ruidos, pasos y cosas que se caían, las dos casas compartían la
misma pared todos los ruidos se escuchaban y estos eran provocados por unos
ladrones que al ver la casa sola y abierta se habían metido a robar aprovechando
que el vecino se andaba escondiendo de los policías.
Marina y Manuel no conocían al vecino debido a que él
viajaba, nunca habían coincidido ni cruzado saludo cuando ella se levantó y
bajo a la cocina se quedó impactada al ver en las escaleras varios libros que
habían lanzado de la casa de a lado recogió los libros para poder bajar llevándolos
a la sala se encontraba muy alterada por todo lo sucedido al llegar Manuel Marina
entre sollozos le comento todo Manuel
molesto tomo los libros para llevarlos
al bote de basura en la calle y tratando de tranquilizarla se dispuso a almorzar
para después tratar de dormir un poco Marina
y Liliana se durmieron junto con Manuel pues también estaban desveladas.
A las cinco de la tarde de ese mismo día Marina se
encontraba abajo en la cocina preparando los alimentos que se llevaría Manuel
al trabajo, cuando de pronto las luces de una ambulancia iluminaron la casa Manuel
sobresaltado vio la ambulancia enfrente de la casa bajando con rapidez asustado
pensando que les había sucedido algo a Marina o a Liliana respirando aliviado
al verlas bien.
Abrió la puerta para
ver que es lo que pasaba le informaron que el vecino de la casa de al lado se
había suicidado, había estado tomando cerveza con veneno para ratas al no
lograr morir subió al baño ahorcándose con el cinturón.
Al llegar a su casa la familia como no les habría su hijo trepo
por un árbol para hablarle por la ventana y fue como lo vio colgando de la
ventana del baño.
El vecino que se suicido era el que había estado tratando de
entrar a la casa en los libros que aventó hacia la casa nos comentó su esposa
que había una fuerte cantidad de dinero que pensaba que había hecho eso de
aventarlos a la casa porque ahí había estado viviendo una mujer con la que
había tenido una relación y seguramente él quería darle ese dinero.
Marina y Manuel sorprendidos comentaron que los empleados
que recogen la basura se habían sacado la lotería si es que encontraron el
dinero dentro de los libros.
Después de una semana la señora y sus hijos desocuparon la
casa ya que también la rentaban, al pasar los días se empezaron a escuchar
pasos, puertas que se abrían y cerraban con fuerza en las madrugadas también se
escuchaba que se abrían las llaves de la regadera y del lavabo, como la casa
estaba sola se escuchaban más claros los ruidos y de vez en cuando el vecino
por las noches volvía a golpear la puerta de la casa de Marina y Manuel.
Asustada Marina ya no quería seguir viviendo allí, pero no
podían cambiarse de casa por la escuela de Liliana y por el contrato que habían
hecho al rentarla, sintió un poco de tranquilidad cuando volvieron a ocupar la
casa, un matrimonio joven con un niño y el papá del muchacho.
Marina y Manuel acordaron no comentarles que ahí se había
suicidado un señor para que no se asustaran y quisieran dejar la casa pero no fue necesario
decirles, porque desde la primera noche empezaron a asustarse con las puertas que se abrían y cerraban y las
llaves que dejaban correr el agua sin haberlas abierto, además les quitaban las
cobijas cuando estaban dormidos, ellos también llegaron a escuchar los golpes que
el vecino seguía dando a la puerta de la casa de Marina y su voz pidiendo que
le abrieran.
Los nuevos inquilinos
solo duraron un mes Manuel y Marina quince días después se fueron.
La casa sigue sola, nadie la puede habitar porque ya esta
ocupada por el vecino.
Este relato demuestra
que es verdad que se quedan vagando las almas de las personas que se quitan la
vida.
Esta es una historia verídica.
J.Eugenia Dìaz M.
Tremenda historia, Eugenia...Realmente impresionante, qué miedo oír de noche tantas puertas y ruídos.
ResponderEliminarGracias por compartir esta historia, amiga.
Mi abrazo y mi cariño.
Si en verdad es algo impactante y fue verídico.
EliminarGracias por tu cálida compañía.
Besos.
Carmba Eugenia, menos mal ue yo no tengo vecinos de esta calaña, porquè me daria un infarto...
ResponderEliminarEs muy complicada saber si los spíritus siguen por ahí dando la lata, yo no lo creo, porquè todos estos fenómenos suelen tener alguna explicación razonable, però por si acaso, mejor no ponerme en la situación de comprovarlo, je, je...
Un beso grande, amiga.
Es algo muy complicado de entender, pero esto fuer veridico.
ResponderEliminarGracias por tu valida compañía.
Besitos.