Dile amiga, que voy por el camino
que dejaron sus pasos, que la llamo
a voces cada instante mientras clamo
por ese reencuentro matutino.
Sin ella continuar es muy cansino,
a tientas, sin su luz, avanzo un tramo
entre esas horas muertas, sin reclamo
y extraviada prosigo. No declino.
La encuentro en el espejo tan extraña
que excavo con los dedos cada arruga
y siento que el reflejo es quien me engaña.
No sé por qué se encuentra ahí escondida
en viejos calendarios a la fuga.
Yo la preciso aquí, restablecida.
que dejaron sus pasos, que la llamo
a voces cada instante mientras clamo
por ese reencuentro matutino.
Sin ella continuar es muy cansino,
a tientas, sin su luz, avanzo un tramo
entre esas horas muertas, sin reclamo
y extraviada prosigo. No declino.
La encuentro en el espejo tan extraña
que excavo con los dedos cada arruga
y siento que el reflejo es quien me engaña.
No sé por qué se encuentra ahí escondida
en viejos calendarios a la fuga.
Yo la preciso aquí, restablecida.
J.Eugenia Diaz M