Miradas perdidas

  

Se quedaron  preñadas sus pupilas
con miradas furtivas o cansadas
de sus hijos pidiendo su atención
cuando ella navegaba en sus angustias.

En su lengua crecieron madreselvas
 palabras sin decir tan enredadas
y un cotidiano miedo sin sonrisas
que le mantiene presa y añorando
momentos extraviados sin captar
por las fregadas prisas
en sus bolsillos rotos se perdieron.

Hoy quiere ser la ventana en que asomen
sus ganas de vivir y sus proyectos,
quiere ser ese lago en que descansen,
el hueco en el que dejen sus mochilas
con la carga pesada del camino.

Pero es un ser extraño y apagado
que recoge sus quiero sin ganancia,
se aleja pateando algunas piedras,
juntando las estrellas que  se escurren
por su rostro.

J. Eugenia Díaz M.