Siento un temblor en mis dedos impulsándome a escribir ahora
que me siento enojada, triste y muy cansada que desearía hacer una pausa en la
vida para que cuando retome el rumbo lo haga con la carga ligera, caminando sobre
campos de flores por donde pasan los más afortunados.
Porque además de esta batalla en la que ahora me encuentro, se
acerca el día cuatro de agosto, el día más jodido y triste de mi vida en el que
me quede sin armas y sin alma al perder la lucha con la muerte que se llevó a
mi hija, dejándome tan rota que aún no logro completar los pedazos de la que
antes fui.
Ya no quiero fingir la sonrisa que no siento para que los demás
se sientan bien, esa sonrisa la quiero para cuando yo la necesite para iluminar
los días más oscuros, esos en los que nadie se da cuenta de mis brazos cansados
por remar contra corriente con la barca haciendo agua.
No me pidan que vuelva a ser yo, porque la muerte me cambio para
siempre respeten mi silencio, mí coraje y mi eterna tristeza porque estoy
amputada y un cojo nunca podrá volver a correr igual, aunque le pongan prótesis.
No deseo enfrentar más guerras, pero la puta vida insiste en
enlistarme en otra y otra más poniendo armas en mis manos agotadas y como buen
soldado regreso al combate firme sin sonrisa.
La sonrisa es para cuando diga el cotidiano mantra, no estoy
sola, todo estará bien, esto pasara pronto, Dios está conmigo, aunque lo tenga
exhausto.
J. Eugenia Díaz M.
Julio/2021
Un relato muy triste hecho desde el corazón.
ResponderEliminarContra ese dolor no soy capaz de aliviarte, solo tú puedes hacerlo gritando lo que sientes como has hecho en esta ocasión, y no ocultar tu estado delante de los que tienes alrededor. Primero tú y siempre tú, pues cuando te sientas mejor ya podrás ser más considerada con los demás.
Un cálido abrazo Eugenia, y mucho ánimo que a tu niña no le gustaría verte así.
¡Respetado tu silencio!
ResponderEliminarTu proceso! Puesto en marcha cierto día y del que... ¡Silencio!
Gran abrazo.
Sin palabras amiga, desconocía por competo esa trágica noticia. Por desgracia perder un hijo seguramente es lo peor que le puede pasar a una persona en la vida, no creo que se pueda comparar absolutamente a nada.
ResponderEliminarSimplemente, desearte fuerza y que cuando Dios quiere pueda regresar a ti la sonrisa. No pienses en estos momentos de angustia en nadie, se tú y nada más tú y obra como te dicte el corazón.
La vida nos maltrata injustamente.
Te mando un sincero y cálido abrazo y deseo puedas superar cuanto antes ese gran trauma amiga.
No te voy a consolar pero te digo te entiendo
ResponderEliminarYo los perdi a todos
en un accidente donde yo fui la unica sobreviviente
saludos
Hola bonita, lamento mucho tu perdida se como debes sentirte detrás de la sonrisa cada dìa.
EliminarTe abrazo fuerte, gracias por pasar.
Hola querida amiga!
ResponderEliminarVeo que la memoria te sigue trayendo los recuerdos más tristes para una madre, aunque haya pasado bastante tiempo, el recuerdo sigue intacto y la tristeza no deja de invadirte. Son muchas las personas que se ponen la careta de la sonrisa, pero por dentro la pena les abruma. Ojalá llegue el día que la sonrisa pueda superar los silencios...
En el cielo siempre habrá una estrella estrella mas brillante que las otras, será tu estrella!
Muchos besitos y que la luz ilumine tu alma.
Querida M. Roser gracias por tus palabras y tu abrazo en ellas.
EliminarAbres tu corazón y nos compartes ese dolor , esa herida tan profunda que desgarra , esa herida que jamás sana, abrir tu corazón así, es inmensamente humano, y te lo agradezco, esa tristeza, ese dolor ese agotamiento, tambien demandan sentirse, no todos tenemos motivos para sonreír ni podemos estar sonriendo siempre cuando no hay motivos, hay que inventarlos y vivir el momento que tengamos que vivir en el ahora.
ResponderEliminarDescanse en paz tu hija , que ahora vive dentro de tu corazón. Mucho amor.
Querido Jorge, hoy día 4 de agosto es un muy triste para mi.
EliminarGracias por acercarte y dejar tu cálida huella.
Abrazos,cuidate.