Cascabeles inquietos retozaban
la fuerza de tus pasos con tacones,
deambulando por casa sin tensiones,
retomabas tus metas que tardaban.
Con arrobo mis ojos te besaban
tu gracia tan coqueta y expresiones,
el entusiasmo en todas tus pasiones,
y saber que con nada te paraban.
Te vi volver al mundo sin apego
ni temor, con tu hambre por la vida,
con ese extraño brillo como fuego.
Hice un bollo de masa a la fatiga
y disfrute muy lento ese sosiego
olvidando la pena que castiga.
J.Eugenia Dìaz M.
Eugenia, hermoso soneto donde te recreas en ese sueño de ver a tu hija taconeando por la casa en pos de sus proyectos...A veces los sueños son más reales y más sentidos que la propia realidad.Por eso es bueno crear y recrear la vida, darle ilusión y perspectiva, porque la monotonía no nos conduce a nada,y menos la tristeza, amiga.
ResponderEliminarMi felicitación por este poema, impecable en forma y fondo, que hará sonreír a tu hija al comprobar que, has sido capaz de crear otra realidad, donde tu también eres feliz.
Mi abrazo y mi ánimo siempre, Eugenia.
Querida Ma. de Jesùs, es un soneto que esta en el libro que escribí a la memoria de mi hija Erika.
EliminarGracias por tu abrazo y compañía.
Besos.
Hermosa Ma. De Jesus, tu comentario me llega como un calido abrazo que emociona.
ResponderEliminarGracias por ser como eres y por motivarme con tus hermosas palabras.
Besos.
Un hermoso escrito con mucho sentimiento personal, se logra sentir, un abrazo Eugenia
ResponderEliminarJorge, me hace feliz tener tu compañía y la huella que dejas en mi trabajo.
EliminarCuidate,saludos.
Lindos recuerdos de unos pasos que se pasean por la casa con música de tacones y sonido de cascabeles y unos ojos que besan estos recuerdos y el brillos de su andar por la vida!
ResponderEliminarUn beso grande, grande, amiga.
Querida M. Roser, dicen por ahí que recordar es vivir y yo tiendo hacerlo con frecuencia.
EliminarEste soneto esta en el libro que escribí a la memoria da mi hija Erika.
Gracias por tu tierna compañía.
Besos.