Este cuerpo cansado es
como una cabaña
con los troncos
resecos, maltrecha su estructura
fisuras por
doquier por donde ya se fugan
alientos de mi vida.
He sentido partir en
un vuelo ligero,
pero un hilo muy fino
me retuvo el latido,
con labios congelados,
cráteres en los ojos
desierto en la memoria
y una inmensa tristeza
por provocar dolor.
Alfabeto en mi boca
prendido de alfileres
que en lugar de
palabras salía de mi garganta
una tos que arrasaba a
la mujer que habita
sin ganas de luchar, en
mi interior.
Se me han ido cerrando
las ventanas y puertas
apagado las luces
y como papalotes he
visto yo a mi gente
volando allá en lo
alto,
no he tenido la fuerza
para emprender el vuelo
y poder alcanzarlos.
J.Eugenia Díaz M.
Hola M. Eugenia!
ResponderEliminarEstà cabaña en sus buenos tiempos, seguro fue un remanso de paz, pero el tiempo ha dejado su huella...
También esto nos pasa a las personas, que la vida se va cobrando sus intereses; me parece un poema triste , espero no tenga que ver con algo personal...
Muchos besitos linda amiga, espero que la vida te de alas para volar como un pajarito!
Mi querida y hermosa M.Roser, es lindo regresar y sentir el cariño y abrazo en tus comentarios.
EliminarNuestro cuerpo es como las casas cuando son nuevas,son bellas y derrochan luz y belleza pero el tiempo implacable siempre cobra con intereses su paso, en nosotros nos va restando fuerza y salud, la belleza es lo de menos esa se lleva por dentro hasta la muerte.
Gracias por tu compañía.
Saludos y abrazos.
P.D. Mi ausencia a sido por problemas delicados de salud, gracias a Dios voy saliendo de ello y retomando poco a poco mis actividades.
“Fisuras” siempre habrá en la vida… ¡Son consustanciales con ella! ¿Qué sino hacer en este mundo/escuela? A esto hemos venido, ¡todos! Quienes estamos y quienes se fueron…
ResponderEliminarEl poema, la expresión, sí es triste… Ignoro sí real o simple juego de palabras.
Tal vez ambas cosas!
Fuerte abrazo Eugenia.
Hola Ernesto, me da mucha alegría tener tu compañía, gracias por tu paso.
ResponderEliminarLa vida nos va dejando fisuras hasta que llega el momento en que ya son demasiadas y por ellas se fuga nuestro último aliento.
El poema, como todos los que escribo es una catarsis.
Es una manera de liberar el lastre para seguir adelante.
Saludos y abrazos.