No puedo continuar la antología,
nuevamente la vida me revuelca
obligando a guardar con cicatrices
al pobre corazón en una morgue.
Acaricio impaciente mi deceso,
envuelta la memoria en sahumerios
con trozos de recuerdos del ayer
que se deslizan suave por los muros.
Ya no puedo decirte las lesiones
que dañan mi presente, ya no importa,
pues nos quedamos solos para siempre
vagando como zombies por la casa
que ya nos quedo grande y se derrumba.
La vida se ha encargado de achicarnos.
J.Eugenia Díaz M.
Un soneto blanco un pelín oscuro, amiga Eugenia. Después del juego de palabras, quedó bravo el soneto, incluso algunas palabras o conceptos muy bien expresados, no versos, llegan a ser familiares.
ResponderEliminarUn saludo.
¡¡Nos leemos!!
Un soneto lindo, pero un poco triste, aunque la vida a veces, nos recuerda que no todo son alegrías...
EliminarUn beso grande, bonita.
Hola,Josetxu Errekerre agradezco tu visita y comentario.
EliminarSaludos.
Hola, mi querida M.Roser.
EliminarGracias por tu calida compañia.
Besos.
Eugenia, tu soneto es profundo y reflexivo...Ahí vemos los golpes de la vida, que nos hacen parar y refugiarnos en recuerdos y esperanzas...La vida sigue adelante y nos obliga a evolucionar...Mi querida amiga tu fortaleza y superación se reflejan en las letras...Mi felicitación por ello.
ResponderEliminarMi abrazo y mi cariño, Eugenia.