Hoy dejaré de ser, esa lluvia constante
anegando mis ojos por ausencias y anhelos,
inventaré momentos que me hagan ver radiante,
seré fuerte en el agua soltándome de anzuelos.
Seguiré dando amor sin tener un festejo
sostendré estas
raíces con mis alas cerradas,
con la fuerza de acero de un corazón añejo,
aunque quede en el tiempo como hojas olvidadas.
Y seré a quien amaron, la de las emociones,
la que nunca quisieron de invierno perdurable,
la que pocos conocen sin sus limitaciones.
Y seré en mi presente una extraña notable,
un ave sin migrar que aprendió sus lecciones
siendo en este universo un alma impenetrable.
J. Eugenia Díaz M.