Permanece prendido en mi memoria
ese fugaz y breve roce de tus labios,
y dentro de unos surcos tu voz va germinando
con brotes, invitando a que pierda la cordura
cuando me encuentro sola mientras duermo.
Vas saciando la sed que hay en mi piel estéril,
como un beso de luna pegadito en mi pecho
bajas con su reflejo lo largo de mis piernas
y en silencio, con hondas espesuras descongelas el hielo.
Devolviendo lo azul con un suave preludio
que hace mecer mi cuerpo con aroma a jazmines,
humedeciendo todo con el diluvio intenso
que provoca mi mente cuando te haces presente.
De vuelta a la rutina vuelvo a hacer un ovillo
los recuerdos, tu sombra aquel embrujo,
teniendo amaneceres con la melancolía
adherida a mi espalda.
J. Eugenia Diaz M.
08/08/2019
Hay besos que no se olvidan, sobretodo si són besos de luna y llevan el aroma de las flores...Momentos melancólicos!
ResponderEliminarBesitos , bonita.
Que linda eres M. Roser por dejar siempre tu cálida huella en mis trabajos.
EliminarTe quiero, gracias por pasar.
Besos.
Sensaciones vívidas...
ResponderEliminarAbrazo Eugenia.
Hola Ernesto, gracias por pasar y dejar tu huella en mi trabajo.
EliminarAbrazos.
Los momentos felices también dejan huella como los malos. De eso se trata la vida. Hermoso poema Euge.
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