Porque ya estoy cansada de lucir tan sombría,
de abriles y de agostos que opacan mi arco iris
y de la luz que daba tras un día de lluvia,
todo lo que me han roto tengo que restaurarlo.
Ahora me hago cargo de la mujer sin voz,
la saco de los viejos caminos y del frio,
que escuche los latidos del mundo de los solos
que han vuelto a construir,
sus partes averiadas quitando los desechos.
Deben cuidarse ahora de la mujer callada,
regreso con un pico muy potente
y puede que el graznido
retire en estampida ha algunos traicioneros
que me daban la mano.
Espero que se alejen con sus sombras
de este templo sagrado que es mi cuerpo,
en donde yo decido morir y renacer.
J.Eugenia Dìaz M
Un bello poema Eugenia...
ResponderEliminar¿Acorde con la realidad del momento?
Abrazos.
Hola Ernesto, bonito dia.
ResponderEliminarLlegsn momentos para tomar deciciones o seguir adelante sin cambios.
Gracias por tu compañia, que estes bien y disfrutando tu vida.
Saludos y abrazos.
Determinación y fortaleza en tu poema, Eugenia...Hay etapas en la vida en que es bueno tomar perspectiva y coraje para salvaguardar nuestra dignidad...
ResponderEliminarMi abrazo y mi ánimo, amiga.
Gracias hermosa Ma. de Jesús por tu cálida compañía y la huella que me dejas a tu paso.
EliminarBesos.
Me suena a rebelión tu poema. Momento de hacerte valer. De sacudirte de las traiciones. ¡Me gustó!
ResponderEliminarHola Osvaldo, agradezco tu visita y generoso comentario.
EliminarSaludos.
Pués fíjate, salió una mujer luchadora , reivindicativa, que dice aquí estoy yo y que nadie me rompa más...
ResponderEliminarMe gusta mucho este fragmento:
"Espero que se alejen con sus sombras
de este templo sagrado que es mi cuerpo,
en donde yo decido morir y renacer"
Un beso grande, para una mujer grande.
Mi querida M. Roser, gracias por ese abrazo cálido que siempre dejas a tu paso con tus palabras.
EliminarBesos.
Me gusta la determinación con que decís:
ResponderEliminarAhora me hago cargo de la mujer sin voz,
la saco de los viejos caminos y del frio,
Me alegro por tus sabias decisiones, Euge, tan bien reflejadas en este potente poema.
Abrazo enorme.