Ya son dieciséis años en los que estas ausente de mi vida pero no de mi
corazón y memoria.
Y yo aún sigo aquí,
en este mundo terrenal extrañándote, y con el iluso deseo de sentirte
cerca abro, la ventana en la memoria de nuestra infancia, para volver a reír y
a llorar contigo.
Así crecimos hermano, entre risas y llanto, sofocando con
juegos la hambruna de unos padres que nos quisieran mucho, y nos mimaran más,
veníamos predestinados a mucho sufrimiento
con la estrella apagada fuimos sobreviviendo, crecimos con la piel engruesada acariciada
por los golpes. Callados, tímidos, temerosos seguimos adelante.
Para evadir tristezas nos envolvíamos en un mundo de juego y
fantasía después de haber terminado nuestras labores asignadas de la casa y
escuela.
Siempre fui tu
aliada, con complicidad apoyaba
tus juegos y a tomar la llave que encadenaba
aquella bicicleta que nos hacia volar mientras dormía la
siesta nuestra madre de crianza.
Qué dolor recordar las tremendas golpizas cuando nos descubrían.
O cuándo caí con mi bicicleta en una nopalera y tuve que ahogar mis gritos de
dolor cuando retirabas sus espinas de mi piel.
También tengo el recuerdo de cuando me caí de una
higuera por acompañarte a ver a los murciélagos y como destroce sus
ramas y mi piel.
Teníamos algunos destellos de dicha y alegría que juntos
compartimos como cuando elevabas los
cometas y me dejabas sosteniendo el cordel por un buen tiempo. Recuerdo tus palabras
cuando me decías que con el tiempo estaríamos los dos muy cerca de las
nubes..
Tú te me adelantaste
porque desde hace nueve años habitas en tu cielo, en ese cielo inmenso que hoy
te llena de paz, de esa paz anhelada que tanto careciste.
¡Ay hermanito mío! cuánto hemos padecido; recuerdo que te
negaban el plato de comida por algo que no hiciste dentro de tus labores; yo te
guardaba un taco y lo depositaba en el hueco del tanque de gas de la cocina. Te
decían pata larga porque andabas descalzo
para que no se desgastaran tus
zapatos y poder utilizarlos para ir a la escuela.
La vida nos desvió. Tú te fuiste hacia el centro y yo hacia
el sur pero el lazo de sangre como una etérea línea nos mantuvo cercanos.
Vienes a mi memoria cuando escucho sonar tu tema preferido o
cuando me trae el aire aroma de hojas y zacate quemado. Ahí te visualizo
recargado en la escoba mirando pensativo la chispa de la lumbre, y yo ahí, a tu
lado observándote.
Te extraño mucho hermano, pero me siento en paz porque se
que no sufres que despertaste al fin de esa pesadilla de lo que fue tu vida.
En memoria de mi hermano Agustín Díaz M. En el noveno aniversario de su fallecimiento.
J.Eugenia Diaz M.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarAmiga Eugenia, un bonito homenaje al hermano que se fue y con el que comparetiste los juegos de tu niñezy las privaciones...Me impresionó especialmente este fragmento: "Te decían pata larga porque andabas descalzo para que no se desgastaran tus zapatos y poder tener para ir a la escuela". He sentido una gran emoción por como tu le guardabas la comida que le negaban...Deduzco que vuestra niñez no fue demasiado feliz! Y que crecí despues de una guerra, también tengo recuerdos de privaciones...
ResponderEliminarDonde esté, seguro que está feliz de que sigas recordándole con tanto amor.
Besitos , linda amiga.
Mi querida M. Roser,gracias por acompañarme en este mensaje que dedico a mi hermano Agustín.
EliminarNo tuvimos una infancia feliz pero sobrevivimos quizas para continuar en este duro aprendizaje que la vida nos dio, gracias a Dios el ya esta descansando.
Besos con mi cariño y fuerte abrazo.
Recuerdos entrañables que te acompañarán siempre porque con tu hermano compartiste la tristeza de una infancia llena de austeridad y poco cariño. Sin embargo, juntos y unidos, la sobrellevaron ayudándose mutuamente.
ResponderEliminarUn texto muy emotivo, querida Euge.
Un abrazo.
Hola, Mirella querida.
EliminarEncantada y agradecida de tener tu compañia, gracias por pasar y dejar tu huella.
Besos.
Te abrazo muyyy fuerte.
ResponderEliminarInma_Luna querida, gracias por pasar y dejarme tu cariño.
EliminarBesos
Un precioso homenaje a la memoria de tu hermano, Eugenia...La sincronía entre cielo y tierra existe, amiga. No dudes de que tus versos los ha recogido y se siente inmensamente unido a ti.
ResponderEliminarMi abrazo y mi cariño siempre.